Mari Carmen Alonso-Santocildes, ebanista: “Es un camino duro, pero acompañada de alguien que lo conoce es mucho más fácil”
Cuando llevas más de treinta años invertidos en un negocio familiar en el que ya eres toda una experta, ¿por qué complicarse la vida comenzando de nuevo en otro sector? Para descubrirlo hablamos con Mari Carmen Alonso-Santocildes Sutil (51 años), quien vio una oportunidad de negocio montando un alojamiento rural en la pequeña localidad leonesa de Portilla de Luna (34 habitantes) y no dudó en lanzarse a pesar de que ya tiene una ebanistería en la que ella hace todo el proceso.
¿Cómo llegaste a ser ebanista?
Aprendí de mi familia, trabajando con mi padre y mi hermano. Llevo toda la vida trabajando la madera, 32 años ya, y desde hace diez años llevo sola la ebanistería. Me encargo yo de absolutamente todo el proceso. Desde el contacto con el cliente, hasta el diseño, la elaboración y el montaje. Estoy muy orgullosa de ella, se llama Ebanistería Santocildes.
¿Hay muchas ebanistas mujeres?
No. De hecho yo no conozco a ninguna. Es posible que yo sea la única mujer de España haciendo todo el proceso, o eso me han dicho alguna vez. Pero también hay muy pocos ebanistas hombres.
La ebanistería es un trabajo duro y tiene su peligrosidad, por eso se ha asociado a los hombres. Pero eso no ha hecho que a mí me hayan tratado peor. En general, nunca he sentido machismo en mi trabajo. En cuanto a las labores en sí, es verdad que se necesita fuerza para el trabajo, pero yo la sustituyo por maña.
¿El taller de ebanistería también se localiza en Portilla de Luna, como tu futuro alojamiento rural?
No. Mi vivienda y mi taller de ebanistería están en mi Carrizo de la Ribera natal (León, 2.269 habitantes).
¿Por qué decidiste emprender un nuevo proyecto?
Porque tengo una casa en el mundo rural y puede ser una oportunidad de negocio en el sector de la hostelería. Ha sido este año 2019 cuando decidí que quiero convertirla en alojamiento rural. Creo que tiene mucho potencial porque la zona tiene muchas cualidades para el turismo. Es una zona de montaña muy atractiva para practicar actividad física, también desde el punto de vista geológico porque es una montaña muy antigua con especiales características minerales. Además, yo, como ebanista, puedo hacer muchas cosas de la decoración, lo que me ahorra costes a la vez que la hace única. Se va a llamar El Pajar de Portilla.
¿Cómo fueron los primeros pasos?
Los primeros pasos fueron acudir a las Administraciones. Y ahí empezó un peregrinaje burocrático que me traía de cabeza hasta que conocí Ruraltivity. Que si tienes que ir a otra oficina, que si esta Ley ya no existe, que si hay que presentar esta otra cosa… Desde que estoy en Ruraltivity tengo más información. Las chicas me explican cuáles son los pasos y los dan conmigo. Es un camino duro igualmente, pero acompañada de alguien que lo conoce es mucho más fácil.
¿Hay acceso a Internet en Portilla de Luna?
En ese pueblo no hay Internet. Yo creo que esto no supone un problema para los clientes una vez que llegan allí, porque buscan la desconexión. Además, la casa sí dispone una línea de teléfono fijo por si hubiese una urgencia, tal y como manda la normativa.
Pero a mí, sin embargo, sí me dificultaría el negocio si viviese en ese mismo pueblo. Pero como en Carrizo de la Ribera sí tengo conexión a Internet no tendré ningún problema para gestionar las reservas online.
¿Tienes páginas web de tus negocios?
No. Pero sí tengo cuentas de Instagram y Facebook de Ebanistería Santocildes. Antes no quería usar las redes sociales para mi negocio porque creo que las fotos no les hacen justicia a mis trabajos. Pero mis clientes me las pedían para ver mis trabajos, así que este verano por fin me hice las cuentas y la verdad es que la acogida ha sido muy buena.
¿Hay muchos emprendedores en tu pueblo o eres el bicho raro?
No sabría qué decirte. Tampoco sé con qué otro entorno comparar a mi pueblo en ese aspecto. Lo que sí creo es que en este momento no están las cosas para emprender negocios, por todas las trabas burocráticas que hay. También creo que hay pocas mujeres que se aventuren a montar un negocio.
¿Conocías a FADEMUR antes de participar en la lanzadera de emprendimiento o primero conociste Ruraltivity y después la organización?
FADEMUR contactó conmigo para que participase en un congreso de mujeres emprendedoras que se celebró en un pueblo. Era una cita para emprendedoras rurales, sobre todo para aquellas que producimos artesanalmente, y por eso querían que compartiese mi experiencia como ebanista. Fue así cómo conocí a la organización. A partir de ahí les conté mi proyecto de turismo rural, me hablaron de la lanzadera y me integré en ella.
¿Cómo ha ayudado Ruraltivity a tu proyecto?
Además de indicarme los pasos que tengo que seguir me han ayudado a encontrar contactos que necesitaba y me han dado formación. En mi caso aprendí a desarrollar la imagen de mi marca y las bases jurídicas para mi trabajo.
¿Cuáles son los próximos pasos que tienes que dar para abrir El Pajar de Portilla?
Los siguientes pasos que tengo que dar son pedir permisos, ahora que ya tengo todo claro, y hacer una pequeñísima obra. Calculo que el alojamiento empezará a funcionar hacia la primavera de 2020.
¿Has tenido ocasión de establecer sinergias con una compañera de FADEMUR más a allá de la camaradería?
He podido ver la red entre las mujeres de FADEMUR y me encanta. De momento todavía no he participado de ella, no he tenido oportunidad de comprar materias primas a otras compañeras o de proveerlas. Pero estoy segura de que pronto se dará la ocasión.
¿Qué le dirías a una mujer que tiene un sueño?
Le diría que, como mujer, podemos con todo. No hay que tener miedo a nada. Con fuerza, ánimo y convencimiento, siempre salimos adelante. Eso sí, si no estás convencida, no lo intentes.
¿Cómo ves tu proyecto y a ti misma en el futuro?
Yo espero tener la misma ilusión y quiero que mi alojamiento vaya viento en popa. Quién sabe, igual incluso puedo ampliarlo en el futuro.
