El Ministerio de Agricultura entrevista a la presidenta de FADEMUR acerca de la Titularidad Compartida
Buscando impulsar la Titularidad Compartida, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) publica mensualmente un boletín con información sobre este régimen que facilita la igualdad de género en las explotaciones agrarias. En su último número, perteneciente a este mes de marzo, entre otros contenidos, el boletín incluye la siguiente entrevista a Teresa López, presidenta de FADEMUR.
¿Cuál es tu opinión sobre la Titularidad Compartida (TC) contemplada en la mencionada norma?
Es una figura muy necesaria, porque reconoce y dota de los mismos derechos a personas que están realizando el mismo trabajo. El reconocimiento de los derechos individuales de quien trabaja nos parece imprescindible.
¿Cómo valoras el funcionamiento de la Ley de TC durante estos años?
Hace bastante tiempo que venimos denunciando la falta de compromiso de las distintas Administraciones con la figura de la Titularidad Compartida. Nos parece increíble que después de siete años de su funcionamiento haya Comunidades Autónomas que no tengan desarrollado el decreto para crear el Registro de TC al que las mujeres necesitan acceder para ejercer un derecho que la Ley les reconoce. Tampoco nos parece aceptable que muchas oficinas comarcales agrarias (OCAs) a día de hoy no conozcan la figura. En esas OCAs en vez de animar para la TC, desincentivan reorientando a quien pregunta hacia otras figuras.
¿Qué mejoras se deberían aplicar a escala territorial?
Hay que desarrollar una campaña importante de divulgación e información que no se ha hecho con los profesionales que están informando ni ha sido capaz de llegar de verdad a las potenciales y los potenciales interesados. También creemos que hay que poner en marcha incentivos, porque estamos hablando de un cambio de mentalidad y siempre será más fácil que la gente sea receptiva si encuentra un incentivo para facilitar ese cambio. Demandamos que las Administraciones sean proactivas. A día de hoy existen muchas explotaciones en las que el hombre y la mujer están cotizando a la Seguridad Social agraria y cumplen con todos requisitos de una explotación en TC. No solo informales sería importante, sino también, imitando lo que se hizo en Valonia, comunicarles que a no ser que manifiesten su disconformidad, pasan a ser automáticamente explotaciones en TC. Esta medida nos permitiría tener identificadas a las explotaciones familiares para realizar una política de verdad orientada hacia la agricultura familiar, que es la esencia de la agricultura europea, pero que necesita una política diferenciada.
¿Qué opinas sobre la labor de difusión que desde el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación se viene realizando sobre la Ley?
Después de una etapa inicial inactiva, reconocemos el interés del Ministerio por mejorar los aspectos vinculados con el conocimiento de la figura de TC, los requisitos que se necesitan y su difusión a través de jornadas. Creemos que eso es importante, pero necesitamos llegar al conjunto del sector. Aconsejamos que se deberían organizar dos tipos de jornadas: unas más orientadas a las personas técnicas donde se eliminen las dudas y otras jornadas destinadas a las potenciales y los potenciales beneficiarios de la figura para que realmente se conozcan.
¿Se ha hecho esto?
Sí, especialmente en los dos últimos años. Pero hemos empezado a analizar la Ley de TC sin que realmente todo el mundo la conozca. Entonces ese es un tiempo perdido que necesitamos recuperar con urgencia.
¿Qué realiza Fademur en torno al asesoramiento y difusión de esta figura jurídica ligada a la igualdad de género en el medio rural?
Tratamos de difundirla entre las mujeres que forman parte de Fademur. La sacamos a colación en las jornadas en las que participamos y tratamos de ayudar a quienes quieren darse de alta en TC y se encuentran con obstáculos.
¿Cómo animarías a las mujeres para que se acojan a esta figura?
Nos parece una figura imprescindible. Hemos sido defensoras de la TC desde el primer momento, porque nos parece un elemento de justicia social que dos personas que realizan el mismo trabajo tengan los mismos derechos. Creemos que el reconocimiento del trabajo que siempre han realizado las mujeres en las explotaciones familiares agrarias tiene que ser pleno y por lo tanto, que pueda asignárseles ingresos propios derivados de su actividad. Esto significa que puedan hacer su propia declaración de la renta y que puedan hacer gestiones de la explotación en nombre propio como cogestoras y corresponsables de esa explotación, lo cual nos parece imprescindible.
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