María Inmaculada Bello: “Me definiría como una agricultora del siglo XXI con una visión integral del negocio”

 In Fademur, Sector agrario

Cuando ella tenía 5 años, los padres de María Inmaculada Bello Hernández, de 57 años, se trasladaron a Arona, un municipio al sur de la isla de Tenerife donde se encuentra Guaza, el pueblo en el que vive Inmaculada actualmente. Y es que Arona, como lo describe, “es un municipio muy amplio, marcado por el turismo en la costa y con una idiosincrasia rural en el interior”. Allí produce higo tinto, penca o tuno indio, como se conoce a la variedad del higo chumbo que le cambió la vida hace pocos años.

¿Cómo llegó el higo tinto a tu vida?

Siempre ha estado ahí, aunque no me había parado a estudiarlo a fondo. Estaba, y está, creciendo silvestre en los terrenos. Lo primero que suele hacer la gente al comprar uno es arrancarlo.

En la familia teníamos una finca de 3 ha. en el Valle de San Lorenzo. La destinábamos a otro proyecto relacionado con el turismo. Estaba llenísima de estos cactus salvajes.

Yo nunca había sido agricultora, como sí lo fueron mis abuelos, pero me interesa la alimentación saludable. Recordaba que, tradicionalmente, el tuno indio se utilizaba en Canarias para la diabetes. De hecho, a mi abuela se lo llevaban cuando yo era pequeña porque no se da en todas las zonas, solo en las más costeras. Además, durante la pandemia, me lo pidieron por temas de cáncer y de vesícula, porque ayuda a regenerar el hígado. Empecé a investigar sobre el fruto y encontré muchos estudios científicos, desligados, procedentes de diferentes partes del mundo, que demostraban que esta fruta tiene muchos minerales, vitaminas, antioxidantes, fibra… También era antiviral, ayuda al sistema inmune.

¿Cómo decidiste convertirlo en tu trabajo?

Estaba tan maravillada con sus propiedades, y la actividad de la otra empresa estaba tan paralizada durante la pandemia, que empecé a plantearme sacarle un beneficio.

Yo había tenido un recorrido laboral un poco extraño porque fui secretaria en una empresa, trabajé en otra empresa familiar de electrodomésticos… Estudié Filología Inglesa y lo que me gustaba era la educación.  Trabajé como profesora varios años, pero lo dejé para estar en el negocio turístico familiar. De todo esto, yo había obtenido experiencia en comercializar, manejarme con textos científicos, comprender inglés, captar clientes fuera, trabajar con redes… La suma de todo me ha llevado a poder gestionar este proyecto desde una vista más amplia.

¿Se produce tuno en otras partes del mundo?

Sí, este fruto no es endémico de la isla, es parte de los cultivos que se trajeron tras la conquista de América (1500-1600). La característica que hace especial a este fruto es que, a diferencia que su familia (dulce), este higo tinto tiene un toque ácido. Esto es lo que le da las propiedades tan características que tiene; además de pertenecer a la familia de los frutos rojos.

¿Alguien más está produciendo tuno de manera profesional?

No estoy segura. Sé que tradicionalmente se ha utilizado para hacer mermeladas en Lanzarote y Gran Canaria. También helados. Pero de la manera que lo trabajamos nosotros, no conozco a otros productores.

¿Cómo fueron los primeros pasos?

Al descubrir los beneficios del higo, mi marido hizo una web para darlo a conocer antes incluso de tener producto.

Empezamos a hacer pruebas. Primero hicimos mermelada con pulpa congelada que era su uso tradicional. También hicimos vino, pero no funcionó; así que pasamos al vinagre que era demasiado intenso. Al final hicimos crema de vinagre con vinagre ecológico de manzana. También hicimos, posteriormente, infusión de tuno, producto que seguimos produciendo en la actualidad.

Todos los productos que hacíamos mantenían la parte de ecológico. Esta finca llevaba abandonada más de 90 años, con lo cual fue fácil conseguir la certificación ecológica.

Todo lo que empezamos haciendo eran productos tradicionales, como el licor. Pero recientemente paramos toda la producción que tuviese que ver con el cristal porque aquí en la isla cuesta mucho dinero trabajar con cristal por razones de transporte.

En todo este proceso, hemos ido creciendo. La empresa inicialmente éramos cuatro personas, actualmente ya somos ocho personas, incluyendo a mi hijo y mi marido.

Actualmente, los productos que tenemos es el polvo deshidratado (que sustituyó a la pulpa congelada), la infusión, cápsulas de higo con diversos elementos beneficiosos como los probióticos, la melatonina, el magnesio y el triptófano, entre otros) y una línea de productos para la piel que se hace con la pipa del higo tinto, un aceite muy rico en omega, antioxidante y vitamina E, muy beneficioso para la piel.

¿Cuál es el principal problema del sector?

El desconocimiento por parte del público, sin duda.

¿Cuándo crees que el negocio dio un salto de nivel?

Poco a poco, pero fue muy importante la primera feria internacional que hicimos. Fuimos a una feria en Londres, Ibérica España. Allí ganamos el premio al mejor producto español por el higo tinto deshidratado. A partir de ahí nos empezaron a valorar y prestar atención.

La segunda feria fuera fue este pasado febrero, estaba dedicada al mundo de la cosmética, en Nuremberg (Alemania). Allí fuimos por el aceite y el exfoliante que sacamos de la pipa.

Ahora me definiría como una agricultora del siglo XXI que tiene una visión integral del negocio, no solo centrada en la tierra y su cultivo.

¿Cuándo conociste FADEMUR?

Conocí FADEMUR a través de una mujer productora de queso, la compañera de ‘La Gloria’. Me habló sobre FADEMUR y entré en Ruraltivity directamente. Gracias a Ruraltivity he dado a conocer mi producto (en Toledo) y me he formado.

A través de FADEMUR también conocí a otra compañera, Lidia, con quien estuve a punto de combinar nuestros productos para hacer granola. Aunque finalmente no pudo salir adelante, me demostró que éste es un espacio para encontrarnos y crear juntas; sé que habrá más oportunidades.

¿Hay espíritu emprendedor por tu zona?

No siento que haya mucho espíritu emprendedor aquí, de hecho, me miran como un bicho raro. Suelen admirar el proyecto para, a continuación, añadir que “ellos no lo harían”.

Nos hemos arriesgado mucho económicamente con un producto apenas conocido, además de ser un producto difícil de trabajar. El principal problema de mi sector es el desconocimiento del higo tinto porque quién va a pedir un producto que no sabe que existe.

Sacar un producto que no se conocía era complicado pero es un cultivo que necesita poca agua y ayuda a la salud de la gente… Era demasiado valioso como para dejarlo morir.

¿Dónde ves tu proyecto en 5 años?

En cinco años, espero seguir creciendo. Me gustaría que en un futuro ‘higo tinto’ sea una palabra conocida y familiar como lo puede ser naranja. Me gustaría ver una empresa más grande a nivel de personal, de espacio, de finca… Espero que las plantas del vivero vayan algún día a otras fincas. Y, sobre todo, me gustaría que la gente tenga más salud gracias al higo tinto, una fruta que antes no conocían.

¿Qué le dirías a una mujer que está pensando en emprender?

Que tiene que amar lo que hace, porque es el motor para los tiempos difíciles, que son muchos.

Que se informe mucho, que se apoye en otras personas, porque las sinergias funcionan ya sea de empresa a empresa o de persona a persona, los conocimientos se transmiten.

Y que adelante porque vale la pena.

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Teresa López, presidenta de FADEMUR, durante su ponencia hoy en el II Congreso Interdisciplinar sobre Despoblación de la Universitat de Valencia.