“FADEMUR ha conseguido poner las gafas violetas al medio rural para mirar con perspectiva feminista”
Teresa López estudió Ingeniería Agrónoma en la Universidad Politécnica de Madrid y nada más terminar se incorporó en Galicia al gabinete técnico de Unión Agrarias-UPA, llevando los temas de ganadería en un momento tan duro como la crisis de las “vacas locas” que, precisamente, tuvo su primer caso en España en la explotación de una afiliada de Unións Agrarias. Pero esta gallega natural de Cabanas (A Coruña) no se achica ante los desafíos. Poco después saltó a UPA Federal, siendo secretaria de Igualdad de UPA y, más tarde, junto con otras compañeras de la organización, lideró la creación de FADEMUR, cuyo lema “Igualdad y progreso para las mujeres rurales” dejó claro desde un principio cuáles eran sus objetivos.
¿Con qué visión y objetivos arrancó la puesta en marcha de FADEMUR?
FADEMUR es un proyecto colectivo de las mujeres de UPA que veíamos que, más allá de los problemas que había en el sector, había otros temas que nos afectaban por el hecho de ser mujeres y de vivir en pueblos. No podemos pensar solamente en mejorar las condiciones de la producción y olvidar las condiciones de vida en las que están esas familias, esos hombres, esas mujeres que se dedican a la agricultura y a la ganadería y de ahí la relevancia y el impacto y lo importante que ha sido incorporar esta visión.
¿Cómo valoras el recorrido de 20 años en este proyecto tan ilusionante?
El recorrido de estos casi 20 años de FADEMUR es claramente positivo y también ha mejorado a UPA como organización, eso es algo que siempre repite Lorenzo Ramos: nos hace ser una organización mucho más representativa de la realidad del mundo rural, más pegada al terreno. Por supuesto, la parte de la producción, que es imprescindible, pero también la calidad de vida y las oportunidades de la gente para quedarse a vivir en sus pueblos y que afortunadamente hemos ido dando pasos de la mano para conseguir mejorar esa vida, esas posibilidades y esas oportunidades. En definitiva, creo que lo más importante es que FADEMUR ha conseguido poner las gafas violetas al medio rural para mirar con perspectiva feminista.
¿Hemos conseguido dar mayor visibilidad a las mujeres rurales?
Recuerdo que cuando empecé a trabajar, en muchas ocasiones a las reuniones que se organizaban para hablar de temas de ganadería venían los hombres, pero no tenían los datos porque, al final, las que llevaban las explotaciones eran sus mujeres; eran las esposas de esos ganaderos quienes se ocupaban de los números de la explotación. A la parte social, a las reuniones, iban ellos, pero realmente los datos y quienes estaban en el día a día los tenían ellas.
Esa era una realidad con la que nos encontrábamos y que hemos contribuido a cambiar, al dotar de derechos visibilizando el trabajo que realizan esas mujeres. A lo largo de estos años hemos roto barreras que teníamos y que, dependiendo de los territorios, tenían más o menos intensidad. Pero podían ser determinantes, por ejemplo, que no te pudieras dar de alta en la Seguridad Social Agraria porque quien estaba en esa oficina no le daba la gana de tramitarte el alta como agricultora o como ganadera.
¿Y en cuanto al reconocimiento público en las leyes, en la PAC? ¿Qué avances son más relevantes?
Un hito histórico fue conseguir la ley de titularidad compartida, que ere una reivindicación histórica nuestra. Desde antes de que yo llegase ya se estaba trabajando para poner las bases y sentar qué tenía que ser o por qué camino tenía que ir. Aunque, tras la ley, hay que seguir presionando en las comunidades autónomas para que se impliquen en su desarrollo y aplicación.
Y otra conquista histórica ha sido reconocer, por primera vez, en la nueva PAC, que ha entrado en vigor en 2023, el protagonismo de las mujeres en la agricultura y la ganadería de la Unión Europea, con políticas de igualdad y la obligación a los Estados miembros de evaluar la realidad en cada país y adoptar medidas en favor de las mujeres rurales. UPA y FADEMUR han tenido mucho que ver en esta conquista y debemos estar orgullosas de ello.
¿A qué momentos difíciles se ha enfrentado FADEMUR en los últimos años?
Vivimos una situación complicada en la crisis del 2011-2012 coincidiendo con el cambio de Gobierno y con todas esas medidas de austeridad extrema que se adoptaron. En aquel punto también se integró en el discurso que la igualdad no podía ser una prioridad porque había otras medidas más urgentes de las que ocuparse. Ese fue el primer momento en el que tomamos conciencia de que efectivamente los derechos de las mujeres nunca se conquistan de manera definitiva, sino que siempre corremos el riesgo de dar pasos atrás. Ese fue un momento complicado en el que tuvimos que reforzarnos como organización y hacer mucha pedagogía sobre qué significa nuestro trabajo, porque estamos hablando del derecho de más de la mitad de la población y que tiene impacto en toda ella.
Otro punto complicado en cuanto a fragilidad de nuestros derechos y retrocesos evidentes lo estamos viendo ahora con un discurso negacionista extendido, un discurso que nos preocupa mucho, muchísimo, porque pese a la evidencia de los datos está calando en determinados sectores de la sociedad. Esto exige que redoblemos nuestros esfuerzos para poder llegar a ellos, para poder reflexionar, para poder salir de los titulares, los tweets, los eslóganes que se están pasando de unos a otros y que se acaban convirtiendo en mantras que la gente repite sin tener conciencia y sin conocer de verdad qué es lo que hay detrás. Es tremendamente peligroso y, por eso, creemos que FADEMUR, la acción conjunta de UPA y de FADEMUR y espacios de divulgación en profundidad como La Tierra son más necesarios que nunca para el feminismo rural.
¿A esto se debe la decisión de integrar el contenido de FADEMUR en La Tierra?
Sí. Teníamos la opción de sacar nuestra propia publicación o de hacer una única publicación que recogiera toda la actividad de UPA. Pero decidimos recoger también toda la actividad de FADEMUR y que realmente sirviera para reforzarnos a las organizaciones, a las afiliados y afiliadas y a nuestras causas. Así nacieron las páginas violetas de La Tierra. Al mostrar todos los contenidos de la reivindicación sectorial junto con la actuación en igualdad, que en definitiva son temas para toda la sociedad rural, pretendemos que el medio rural avance porque, como siempre decimos: cuando las mujeres rurales avanzamos, avanzan los pueblos.
¿Algún recuerdo especial en la trayectoria de las páginas violetas de FADEMUR en La Tierra?
Son muchos, pero me quedaría con el número que recogió la presentación de FADEMUR que hicimos en Cáceres en 2004, coincidiendo con el Día Internacional de las Mujeres Rurales. Y otro más, aquel primero en el que empezamos a tener nuestra propia sección de FADEMUR dentro de la revista La Tierra. Estas páginas violetas son únicas en lo que a prensa especializada se refiere y a mí me gustaría hacer, desde aquí, un reconocimiento a todas las personas que hacen, y han hecho, posible esta publicación a lo largo de cuarenta años.
¿Crees que es positivo que se incorporen en La Tierra temas que no tienen que ver con la agricultura y la ganadería en la publicación?
Creo que es algo muy positivo. Por un lado, porque nos diferencia. Por otro, porque nos encamina hacia un futuro sostenible, tanto en agricultura como en los pueblos. Con lo cual, abrir la mirada, incorporar o reflexionar sobre los avances que necesitamos las mujeres, hablar de conciliación, hablar de servicios, hablar de la lucha contra la violencia machista, es algo que nos interpela a todos y todas.
¿Cómo crees que debería ser La Tierra del futuro? ¿qué podemos mejorar? ¿qué podemos incorporar?
Hemos conseguido una publicación con unos contenidos increíbles y una calidad indiscutible, referente en el sector, con unos medios en ocasiones tremendamente limitados. Sobre el soporte, creo que debemos enfocarnos en los medios digitales, que ya hemos avanzado mucho en ello, pero hacerla cada vez más accesible es un proceso constante.
Y hacerla más atractiva para las personas jóvenes, porque necesitamos que se incorporen y que vean que esto también va con ellos y ellas. Debemos pensar cómo podemos utilizar también La Tierra para que sea un punto de entrada de nuevos afiliados y afiliadas, de gente joven que quiere participar en este proyecto estratégico para el futuro del país sin descuidar a todas esas personas mayores que han tenido un recorrido increíble y que han sido fundamentales para nuestro avance a lo largo de estos 40 años. Ese ha de ser nuestro reto.